Confianza:
Conciencia del cuerpo. Seguridad física y psicológica para participar y disfrutar de las prácticas. Iniciativa propia para desarrollar nuevas habilidades. El reto forma parte del mundo infantil, el niño necesita sentir que está creciendo, que ya es un poquito mayor.
Creatividad:
Se estimula la expresión libre y espontánea, la alegría, la exploración. Además, el desarrollo continuo de la imaginación y la originalidad.
Vitalidad:
Se estimula al niño para que tenga un buen manejo de su cuerpo. Movimientos coordinados con la respiración imitando a la jirafa, el elefante, el dragón, el caballo, el tigre…etc. Así, aumentan la energía vital, la flexibilidad, el vigor, la fortaleza, el entusiasmo a nivel físico y psicólogico. El estiramiento y relajación de los músculos incrementa la capacidad respiratoria y, por lo tanto, hay mayor consumo de oxígeno. También, se trabajan las articulaciones, el mayor punto de bloqueos energéticos en el cuerpo.
Equilibrio:
Momentos de introversión y extroversión, actividad y quietud, capacidad de expresar emociones. Aprender a escuchar a los demás compañeros. Equilibrio del flujo respiratorio. Las posturas de equilibrio trabajan la verticalidad del cuerpo, fortalecen la columna vertebral y desarrollan el equilibrio nervioso y mental.
Atención:
Capacidad de enfocarse, desarrollar la observación, intentar sostener y prolongar la atención con los ojos abiertos y con los ojos cerrados. Auto observación, auto reflexión, discernimiento, conocimiento y entendimiento de sí mismo. Se hace énfasis en la sincronización de los movimientos con la respiración a través de la atención permanente.